lunes, 21 de septiembre de 2009

CUENTOS EDUCATIVOS

CUENTO APRENDER A SER Y A VIVIR JUNTOS (por M L Manzor)

Esta es la historia de un pueblo llamado " Lilo" ,adivinen ¿por què? . .. lean esta historia y lo sabrán.

En un pueblo sin nombre vivían cinco familias. Por eso todos se conocían y se querìan mucho. Todas las familias tenían hijos, de tres, cuatro y cinco años. En las tardes estos niños se juntaban en el parque. Jugaban a las escondidas, a las carreras, a la pelota, y muchas cosas más. Pero tenían un juego que era su preferido, se llamaba "Las adivinanzas". Las adivinanzas eran muy divertidas para ellos, uno de los niños debía pensar en un objeto que estuviera en el parque y los demás deberían adivinar de qué se trataba, tenían que hacer preguntas sobre la palabra misteriosa para tener mas ayuda.

Gustavo, uno de los niños, pensó en la palabra "árbol", los demàs niños preguntaban :

-¿es alto?, ¿es duro?, ¿es liviano?, ¿es de color rojo?. .

Y el juego terminaba cuando alguno de ellos adivinaba, entonces el ganador pensaba en otra palabra. Todos se divertían menos uno. Su nombre era Leonardo, pero sus papás le decían Lilo. Lilo tenía cinco años, era muy bueno, como todos los niños. Ayudaba a sus papás en todo lo que podía. Pero en las tardes su carita estaba triste porque miraba jugar a los demàs niños y él no podía disfrutar los juegos con ellos. Tenía un problema. . . Lilo podía hacer de todo, pero no podía hablar, él no tenía voz. Había nacido con ese problemita. Y los niños no se acercaban a él porque no podían escucharlo.

Para sus padres no era ningùn problema porque desde muy pequeño le habían enseñado a hablar con sus manos y de esa manera se entendían muy bien. Pero Lilo pensaba que él nunca podría ser como los demàs niños del pueblo, ellos sí tenían voz y por eso jugaban a lo que querían.

Una tarde todas las familias se reunieron en el parque a celebrar el cumpleaños del pueblo. Luego de comer cosas ricas, la mamá de Lilo ,llamada Ana, les dijo a todos que se sentaran formando una gran ronda para jugar a algo muy divertido. Despues de formar la ronda bien grande, Ana les explicó como era el juego. Los papás y sus hijos debían adivinar la palabra que Lilo iba a pensar. Nadie sabía como hacer eso porque el niño no podía hablar y no iban a entenderlo. Pero se quedaron en silencio esperando a ver que sucedía.

El juego comenzó. Lilo levantó sus manos y señalò a los niños con una de ellas y con la otra señaló a los papás. Entonces los demàs gritaban: ¡la palabra es niños!, pero él con su cabecita les decía que no, entonces seguían gritando otras palabras: ¡señores!,¡señoras!, ¡papás!, Lilo sonreía de poder estar jugando, pero su respuesta seguía siendo "no". Decidió ayudarlos un poco más y usó sus dedos para hacer la primera letra de la palabra, que fue la "P". Y empezaron a decir : ¡papá!, ¡pasto!, ¡paisaje!.

Lilo seguía riendo, nunca se había divertido tanto entre esa gente que él miraba desde su jardín todas las tardes. De repente se paró en una silla y estirando sus brazos señaló todo el lugar y todas las personas que estaban jugando, y fue entonces que uno de los papás gritó : ¡pueblo!, y Lilo comenzó a aplaudir de alegría porque esa era la palabra. Todos rieron y aplaudieron al papá que había adivinado, pero los aplausos más fuertes fueron para Lilo que había hecho reir a todos y sabía jugar tan bien como los demas niños.

Desde aquel día, en las tardes, Lilo y los niños se sentaban en el parque y jugaban a las adivinanzas, pero había algo diferente en el juego. Todos querían que Lilo les enseñara a hablar con las manos, y muy pronto ellos aprendieron a hablar como él y a entender lo que les quería decir. Es por eso que el nombre del Pueblo se llamó Lilo, porque fue él quien enseñó a los demas a vivir todos juntos en ese hermoso lugar sin que ninguno tuviera que cambiar su forma de ser.

Lección / Moraleja:
En ocasiones nos vemos vencidos aùn antes de haber intentado empezar la acción.




CUENTO UN CUENTO SOBRE LAS DIFERENCIAS APARENTES (por Anónimo)


Cuatro viajero provenientes de distintos países que seguían la misma ruta juntaron el poco dinero que tenían para comprar comida.
-El persa dijo: comparemos angur.
-El árabe contestó: no, yo quiero inab.
-El turco no estuvo de acuerdo y exclamó: de eso nada, yo comeré uzum.
-El griego protestó diciendo: lo que compraremos será stafil.
Como ninguno sabía lo que significaban las palabras de los demás, comenzaron a pelear entre sí.
Tenían información, pero carecían de conocimiento.
Pasó por allí un hombre que dijo:
-Yo puedo satisfacer el deseo de todos ustedes, denme su dinero.
Los viajeros accedieron a la solicitud del recién llegado. Al cabo de un rato, el hombre regresó con aquello que todos habían mencionado sin saber que se referían a lo mismo: uvas.
Lección / Moraleja:
Hay ocasiones en que las 'aparentes diferencias' de opiniòn inducen a creer en la existencia de verdaderas divergencias, cuando en realidad no existen, "pueden existir diferencias contextuales y no en el mensaje".





CUENTO NO SE PUEDE COMPRAR TODO (por Anónimo)

Un noble inmensamente rico decidió un buen día que debía contar entre su séquito con un rapsoda que compusiera y cantara himnos y alabanzas a su persona. Para ello, mandó contratar al mejor juglar que hubiera en todo el mundo. De regreso, los enviados contaron que, en efecto, habían hallado al mejor rapsoda del mundo, pero que éste era un hombre muy independiente que se negaba a trabajar para nadie. Pero el noble no se dio por satisfecho y decidió ir él mismo en su búsqueda.
Cuando llegó a su presencia, observó que el juglar, además de ser muy independiente, se encontraba en una situación de franca necesidad.

-Te ofrezco una bolsa llena de oro si consientes en servirme -le tentó el rico.
-Eso para ti es una limosna y yo no trabajo por limosnas -contestó el rapsoda.
-¿Y si te ofreciera el diez por ciento de mi fortuna?
-Eso sería una desproporción muy injusta, y yo no podría servir a nadie en esas condiciones de desigualdad.
El noble rico insistió:
-¿Y si te diera la mitad de mi fortuna accederías a servirme?
-Estando en igualdad de condiciones no tendría motivo para servirte.
-¿Y si te diera toda mi fortuna?
-Si yo tuviera todo ese dinero, no tendría ninguna necesidad de servir a nadie.


http://www.cuentocuentos.net/cuento/139/aprender-a-ser-y-a-vivir-juntos.html

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